Su origen se ubica en la India Oriental. La escarola era consumida ya por egipcios, griegos y romanos en ensaladas, tanto cocida como fresca y empleada también con fines salutíferos. Debido a sus muchas propiedades, hasta el siglo XVI se utilizó como polanta medicinal. Su cultivo en el resto de países europeos se produciría a lo largo del siglo XIII.

                 Es una hortaliza muy buena para el estómago; refrescante, laxante y depurativa. Todo ello debido al contenido en entibina de sus hojas, un componente amargo que estimula el apetito, favorece la digestión y aumenta la actividad de la vesícula biliar. De la panta se aprovechan sus hojas, que pueden ser rizadas o lisas, y de colores entre el verde y el amarillo.

                 Posee una raíz pivotante, corta y con pequeñas ramificaciones, desde la que surje una roseta de hojas que nunca forman un verdadero cogollo. En algunos cultivares de hoja ancha, las hojas centrales están tan apretadas que suelen mostrar un cierto grado de blanqueamiento de hojas.

                 El transplante de escarola en Vicente Avila se realiza en otoño, se trata de un cultivo que crece a contracorriente; avanzando su ciclo al mismo tiempo que bajan las temperaturas y se acortan las horas de sol. Como resultado de esta combinación obtenemos plantas plenamente desarrolladas.